La Realidad Aumentada da un giro y propone un mundo virtual sin publicidad

Un mundo virtual sin publicidad sería el sueño del personaje de Morfeo en Matrix sin lugar a duda.

La realidad aumentada es un viaje en un mundo real sobre el que podemos percibir elementos virtuales. Si este concepto lo llevamos a mi dispositivo móvil, nuestra visión de la realidad es transformada a través de la imagen captada por su cámara, solapando el mundo real con los objetos virtuales generados por un software instalado en el propio móvil. En otras palabras, agrega información digital al mundo real percibido por nuestros sentidos.

La imagen nocturna urbana ilustra este concepto y las infinitas posibilidades que otorga al campo de la publicidad. La sinergia es tan clara como la relación natural entre esta tecnología y los anuncios.

Skyline nocturno de una ciudad bajo RA por Junaio

Aparentemente es así, sin embargo la compañía Junaio propone un giro de 180 grados, erradicando los anuncios de la vía pública. ¿Os imagináis como sería la comercial Times Square de Nueva York sin un sólo anuncio? ¿Cómo funciona el invento?

Pongamos un ejemplo «Made in Spain» sin la necesidad de cruzar el charco para comprender el concepto. De todos es conocido los celebérrimos y a veces desubicados cartelones del Plan E para el Estímulo de la Economía y el Empleo. Resulta a veces poco estimulante y visualmente dañino ciertos emplazamientos de los mencionados carteles en muchos rincones con encanto del extenso patrimonio nacional. Pues gracias al software de Junaio, todo buen viajero lo único que tendría que hacer es un escaneado del Plan E a través de la cámara integrada de su smartphone, y automáticamente la aplicación de Junaio substituirá el cartelón por un elemento más decorativo acorde con el entorno o nuestro gusto artístico.

A partir de aquí, su acosado puede convertirse en una casa de campo o su coche tener la aerodinámica del Red Bull del señor Vettel. La creatividad al poder, pero no olviden que la imagen virtual se ve pero no se toca y aunque la mona se vista de seda mona se queda.

La Catedral de Sigüenza tras su Plan E